
Tras la entrega ayer del tercer Balón de Oro a Cristiano Ronaldo, podemos decir ya sin ningún tipo de dudas que este premio ha perdido todo su valor, todo su prestigio, toda su reputación. Sin ahondar todavía en el apartado de mayor o menor merecimiento de cada candidato, el hecho de que se reconozca abiertamente que un galardón carece de criterio a seguir, donde lo que importan más son los intereses...