viernes, 29 de mayo de 2015

Sobre la politización de una final y la generación de odio.

Voy a ser breve. Hoy un amigo tuitero me preguntaba que opinaba de esta noticia publicada
en El Confidencial haciéndose eco de una información publicada en ABC:


Hete aquí, que aún pareciéndome una nimiedad, decido buscar si ya se conocen las
camisetas que llevarán los dos equipos más laureados con el trofeo copero y fácilmente
encuentro dos tweets con fotografías dichas elásticas, fotografías que con mucho gusto
comparto con vosotros:

 ¡Oh sorpresa! Resulta que las camisetas de ambos equipos incluyen en su manga derecha
el logotipo de la Copa con los colores de rojo y gualda de la bandera española.

No voy a negar que no me gustan los pitos al himno, ni al propio ni al ajeno, y no porque a
mi me represente mucho o poco, sino porque hay mucha gente que sí se siente molesta, pero
eso es un gusto personal mío. Tampoco voy a negar que hay ideologías que quieren hacer
suyo un equipo u otro (y no sólo los aludidos en este humilde post) pero ¿quién está
politizando esta final en concreto? ¿Quien ha empezado a hablar de pitos al himno nada más
saberse los finalistas? ¿Quien MIENTE (deliberada o accidentalmente) en una noticia? ¿Acaso
lo que quieren es generar odio sobre dos aficiones que en la gran mayoría del tiempo lo que le
interesa de sus equipos es fútbol? Nunca tendré respuestas a estas preguntas, pero creo que
tampoco hace falta.

David G.
@grimi3

jueves, 5 de marzo de 2015

Las nuevas excusas de los de siempre

Ayer se jugaron los dos partidos de vuelta de semifinales de Copa del Rey para corroborar quiénes serían los dos equipos que se disputarían el trofeo en la final. Pero la polémica se había servido ya antes siquiera de conocer el segundo finalista, terminada la primera semifinal justo cuando empezaba la segunda, por parte de los que siempre están ahí opinando aunque no se les pregunte y para hastío máximo del resto de aficiones del fútbol español.

Clasificado el Barça para la final, y con todas las redacciones de prensa atareadas desde primera hora de la tarde en recoger y publicar la opinión directa de algún intermediario del mandamás merengue, la duda estaba en qué nueva excusa iban a soltar desde la capital para volver a negarse a ceder su estadio para la final de la Copa del Rey. 

Algunos cometerán (o cometeremos) el error de entrar al trapo del juego sucio del aficionado madridista que desde que conoció que el Barça era finalista ha decidido repescar viejos debates rancios sobre faltas de respeto a la simbología española y derivados. Argumentos mezquinos ya que parece que el conflicto político entre Cataluña y España (y entre Euskadi y España, pero seamos claro, a los madridistas el Athletic de Bilbao les importa bastante poco) sólo adquiere un cariz de carácter tan mediáticamente dramático cuando el objetivo de esas críticas es evitar por cualquier medio posible que el Barcelona tenga la posibilidad de ganar un título en el feudo madridista. Hasta ese punto tiene que llegar el español medio, al que la política o simbología ni le va ni le viene, de aguantar que se reabra este cansino debate otra vez, y sólo ahora, cuando los intereses de los que se quejan no son precisamente el defender su orgullo patrio.

La afición madridista está muy concienciada con el tema del respeto político

Si tan importante es el himno y la bandera de España para los madridistas, ¿por qué no exigen desde primera hora de la competición que no participen en ella aquellos equipos que no garanticen el respeto a los símbolos del país al que ésta pertenece? ¿Cómo pueden aguantar sentados viendo cómo probablemente Mestalla acogerá un hervidero de separatistas ansiosos de gastarse su valioso dinero sólo para silbar el himno en la previa del partido? Si de verdad el madridista fuera tan patriótico como aparenta ser, estas cosas les indignarían desde primera hora, y no en el momento en el que temen puedan ver al Barça salir triunfante de su propia casa.

A los blancos adalides del sentimiento español no les fallaría el argumento si careciesen de una larga y trabajada falta de credibilidad. Ya en 2010, cuando los madridistas rezaban 20 oraciones diarias para que el Barça de Guardiola no repitiese la Champions League en el Bernabéu, saltaron a las calles y llenaron Cibeles para celebrar que Mourinho con su Inter de Milán y con un Benquerença "on fire" les eliminaran a tiempo. En esa época tan infructuosa para el Real Madrid, aquello fue celebrado como si de la misma Champions League se tratara.

Los madridistas no ceden su estadio porque "no les gusta que piten el himno" pero celebraban así en 2010
la eliminación del Barça y el hecho de que no pudiese jugar la final del Bernabéu
Tras la llegada del conflictivo portugués, el victimismo, la antideportividad y el "no darle al enemigo ni agua" se hicieron santo y seña en el Madrid, de manera que conceder una simple sombra de duda a todo lo que oliese a culé era tachado de antimadridismo para cualquier simpatizante blanco, y claro, en esas estamos que, desde 2011, el Madrid ha jugado 3 de las 4 finales de Copa del Rey disputadas desde entonces (2011, Barça-Madrid; 2013, Madrid-Atleti; 2014, Barça-Madrid) y de estas cuatro finales, una se ha disputado en el Bernabéu y NO FUE LA QUE EL REAL MADRID NO DISPUTÓ. De estas cuatro finales, la única en la que el Madrid no participó, en 2012, Barça-Athletic, se jugó en Mestalla, esgrimiendo como baratísima excusa que unos lavabos del Bernabéu necesitaban una reforma. La estupidez hecha excusa para describir a unos aficionados de un equipo que por nada del mundo pueden poner nada de su parte cuando a ellos les toca pero que bien rápido levantan la voz cuando les interesa. Es un equipo que sólo admite jugar en casa cuando tiene la oportunidad de ganar, como contra el Atleti en 2013 o en el Centenariazo contra el Depor (con eróticos resultados), y que no cede nunca el campo en caso de que sea el equipo rival y no ellos los que sí puedan conseguir el premio.

Otra de las nuevas excusas que esgrimen desde Madrid es que, debido a esta mala experiencia
hace dos años, ya no les gusta acoger finales de ningún tipo... En fin...

¿Que claramente hay un trasfondo político real detrás de los argumentos de que los aficionados catalanes pitan el himno? Por supuesto, pero es un asunto que trasciende al fútbol y de manera continua en el tiempo. Cada uno tendrá los motivos de manifestar su opinión política de la forma, siempre pacífica, que considere oportuna, y no querer entrar a valorar la raíz del problema del separatismo catalán y centrarse simplemente en el hecho de que se pita el himno y eso es irrespetuoso, cuando el resto del año el aficionado madridista no se destaca precisamente por su decoro hacia los símbolos ajenos, es patético. 

Pero tal y como dije al principio, entrar AHORA en este debate es hacerle el juego a los interesados. ¿Acaso el Madrid negaría el Bernabéu en una posible final Sevilla-Athletic? ¿O un Málaga-Athletic? Rotundamente no, porque al fin y al cabo ser sede de una final aporta rédito económico para el tercer equipo en cuestión. ¿Se indignarían los madridistas por el sentimiento separatista de parte de la afición vasca y querrían por tanto no ceder el Bernabéu para que se disputase dicha hipotética final? Respondiendo claro y mal: al aficionado madridista se la suda que el Athletic pudiese ganar en el Bernabéu. Por tanto, todas estas excusas que usan la política para ocultar un interés únicamente victimista están a la altura de ese mismo sentimiento de perdedores.

Ahora entra la duda de qué pasaría si el Madrid jugase la final contra el que sea (de fuera de Madrid) y pudiese optar a jugar en el Camp Nou. ¿Lo pediría? ¿Se atreverían a pedirlo después de negarlo tantas veces y tan injustificadamente? Pienso que no, aunque de este tipo de personas nos podemos esperar que lo hagan y que encima les molestase que les contestaran recíprocamente con otra negativa. ¿Y si lo pidiesen para intentar dejar mal al Barça, éste les correspondiese y sí aceptasen ser la sede de la final, con lo que al Madrid le romperían todos los esquemas y en un futuro no muy lejano se viesen otra vez en la tesitura de tener que dejar su campo al Barça después de que ellos les dejaran el suyo? Por este motivo yo creo que el Madrid NUNCA pedirá disputar una final de Copa del Rey en el Camp Nou. Porque ellos son el Real Madrid, y aunque el aforo más grande de España permitiría a más aficionados blancos ver a su equipo jugar y tal vez ganar un título, su ego está por encima de eso. 

Así que madridistas, dejaos de excusas, dejad de sacar a paseo el himno y dejad de molestar al Rey, que ya os garantizo que la pitada de la afición culé al himno no le quita el sueño. Sed sinceros, hinchaos de valor y reconoced abiertamente vuestra cobardía. "No queremos que el Barça juegue en el Bernabéu porque queremos que el Barça pierda hasta en petanca!". Pero claro, es muy difícil para un cobarde ser valiente, sobre todo porque así se demostraría tu victimismo después de haberte tirado toda la vida hablando de "madriditis" culé. Como diría Roncero, la vida es dura. 

@CapPescanova

martes, 13 de enero de 2015

Un grito sordo contra la injusticia


Tras la entrega ayer del tercer Balón de Oro a Cristiano Ronaldo, podemos decir ya sin ningún tipo de dudas que este premio ha perdido todo su valor, todo su prestigio, toda su reputación. Sin ahondar todavía en el apartado de mayor o menor merecimiento de cada candidato, el hecho de que se reconozca abiertamente que un galardón carece de criterio a seguir, donde lo que importan más son los intereses supra-futbolísticos y se admite sin rubor que las votaciones se rigen por amiguismos, no puede considerarse algo serio sino más bien todo lo contrario. 

Joseph Blatter ha sido muy listo de fusionar FIFA con France Football hasta el punto de fagocitar al antiguo premio, donde la elección del mejor jugador de cada año se llevaba a cabo a través de una votación sólo medida por unas normas no escritas pero con cierto rigor, hasta llevarlo al terreno de la parafernalia propagandística, donde las grandes caras de las mayores empresas deportivas del mundo son los que desde hace siete años se van repartiendo entre ellos el galardón en una competición para ver quién de los dos ha marcado más goles y quién grita más (literalmente) para celebrarlos.


Mentiríamos si dijéramos que Messi, el mejor futbolista del mundo y de la historia en opinión del que escribe, no se ha beneficiado de esta nueva forma de votación, en perjuicio de otros futbolistas, hasta compañeros de equipo, que se lo merecían más. Es un hecho que la primera edición de este controvertido FIFA Balón de Oro sorprendió incluso al propio Leo, el cual como discurso de inesperado vencedor no pudo más que improvisar diciendo que quiénes de verdad se merecían ese trofeo eran sus compañeros Xavi e Iniesta. Se rompía así una estadística histórica que daba a entender que en año de Mundial se priorizaba ese premio por encima de los demás, y que previamente había galardonado a jugadores de menor nivel futbolístico como Fabio Cannavaro (2006, año en el que el Barça aupado por un estratosférico Ronaldinho había conseguido doblete de Liga y Champions) y a otros de reconocidísimo talento mundial como Ronaldo Nazario (2002) o Zinedine Zidane (1998), cada uno de ellos estrellas de sus equipos nacionales en sendas conquistas mundialistas.

Si bien en este último campeonato es difícil focalizar el centro de atención en un sólo jugador del equipo alemán campeón del mundo, es un insulto que el representante teutón de esta victoria candidato ayer a ganar el Balón de Oro, Manuel Neuer, haya recibido tan bajo reconocimiento. En 2010, cuando los votos de futbolistas y seleccionadores auparon sorprendentemente a Messi sobre los españoles, al menos el Mundial mantuvo su importancia hasta el final, hasta el punto de que a todos nos pareció raro que un ganador mundial no se llevara el galardón. Este año el Mundial ha pasado interesadamente desapercibido para la entrega del Balón de Oro. Un insulto para Neuer, Müller, Lahm, Kroos o al que usted le apetezca poner ahí.

Aunque en mi opinión no es injusto que Cristiano se haya llevado el Balón de Oro, el palmarés de Neuer este año es tan brillante o más que el del portugués: Copa de Alemania, Supercopa de Europa, semifinal de Champions, Bundesliga y Mundial. Cristiano ha ganado la Copa de España y la Champions. Si infravaloramos el peso histórico que han tenido los mundiales, cosa ilógica a todas luces, no sólo el cartel de Neuer empeora ostensiblemente, sino que además el de Cristiano no se ve empañado por un campeonato cercano al ridículo. Además, de esta manera matamos dos pájaros de un tiro, al quitar el único mérito deportivo que había hecho Messi este año, que fue conducir a su selección hasta una final histórica y recibir el galardón al mejor jugador del Mundial. Un premio éste último también discutido por una prensa española que entonces consideró que un alemán lo merecía antes que Messi, pero no así el Balón de Oro. Curioso.

Aunque nada nos pilla ya de sorpresa. El menosprecio que sufren los diferentes méritos deportivos de los aspirantes en función de que tu candidato salga beneficiado está a la orden del día, sobre todo en países donde no se conoce la vergüenza como España. ¿De verdad es tan importante ganar la Champions, más aún incluso que ganar un Mundial? Entonces, ¿por qué Frank Ribèry acabo ridiculizado en la entrega del Balón de Oro 2013, cuando se presentaba como flamante campeón de un triplete indiscutible? ¿No es motivo de vergüenza y escándalo que aquellos que dicen que la Champions de Cristiano está por encima del Mundial de Neuer no denunciasen que el año pasado Cristiano arrebatase a Ribèry el Balón de Oro habiendo ganado NADA? ¿Acaso no fue discutido con vehemencia desde Madrid la elección en 2012 de Messi para su cuarto Balón de Oro, ya que lo único que había conseguido era ganar la Copa de España y batir el récord histórico de goles de Müller (91, a decenas de la mejor marca del portugués) mientras que el Madrid había ganado la Liga y el Chelsea la Champions?

Ya ven ustedes, que dependiendo de las opciones del candidato de la prensa madridista, los criterios son diametralmente dispares

-  en 2010 se puso el grito en el cielo porque un ganador mundialista no ganó el Balón de Oro. Se habló hasta de Casillas (entonces parece que un portero sí podía optar a ganar el Balón de Oro, ahora no) e incluso algunos madridistas resentidos conque el Balón de Oro fuera íntegramente culé hablaban de Sneijder, más por ex-madridista que por el triplete y la final del Mundial que disputó, logros dignos de mención, pero insuficientes para un premio cuya cultura aún priorizaba al ganador del Mundial sobre cualquier competición de clubes. Hasta se llegó a acusar al periodista español que votaba para France Football, Francesc Aguilar, de haber votado a Messi por delante de Xavi o Iniesta, lo que fue rotundamente falso (acusación realizada por la facción mediática madridista que ha conseguido sustituir al mencionado Francesc Aguilar por Alfredo Relaño en la votación del Balón de Oro en un alarde de neutralidad, aunque éste es otro tema) ;

Atentos al titular superior. Hipocresía y manipulación es quedarse corto.


- en 2011 no hubo duda alguna;


- en 2012 desde España no se escuchó a ningún periodista defender los logros de Drogba o algún representante blue recién ganador de la Champions como posible candidato al Balón de Oro. Al contrario que dos años antes, cuando algunos pedían el Balón de Oro para Casillas antes que para Xavi o Iniesta por ser el capitán y demás chorradas, olvidando que estos dos habían ganado también la Liga, ahora la Liga sí cobraba capital importancia a la hora de decidir el ganador. Éste debía ser Cristiano (o incluso Casillas). Messi había metido 50 goles en Liga (terminando de batir el espectacular récord goleador de Gerd Müller poco después) pero entonces se decía que "lo importante son los títulos, no los goles" y "que para premiar los goles ya estaba la Bota de Oro" (cáguense). La Copa del Rey, al parecer, ya no se consideraba un título... y el pobre Iniesta, habiendo ganado el trofeo al mejor jugador europeo del año anterior y con palmarés incluso mejor que el de Messi por ganar la Eurocopa ese año, pasó sin pena ni gloria porque entonces ya no era rival de Messi, como en 2010, sino de Cristiano; no competía contra el argentino sino contra el portugués, en una clara demostración de que los periodistas españoles son muy patriotas mientras no le toquen a su Real Madrid. Bajo cierta polémica, Messi ganó su cuarto Balón de Oro, precipitado en mi opinión más que nada por la oportunidad que se le presentó a Blatter de otorgar por primera vez en la historia el cuarto Balón de Oro a un mismo jugador, constatando su categoría de leyenda, y con todo el poder mediático que ello representaba para el premio. En Madrid sin embargo esto les marcó como hierro incandescente.

- en 2013, cuando Messi ganó la Liga pero bajó su rendimiento personal por las lesiones, y Ribèry y Robben se erigían como flamantes reyes de Europa, y el único mérito que esgrimían desde Madrid para con Cristiano es que había sido el que más goles había metido (un mérito que el año pasado no era importante para estos mismos periodistas, y además aún a decenas del récord de Messi), el Balón de Oro fue para... Cristiano. Unos días después de cerrar la votación para el premio, con todo el pescado vendido y con el portugués que apenas había recibido el reconocimiento del periodista español (quién si no) en la entrega del trofeo al mejor jugador de Europa que se llevó Ribéry, Blatter cometió el error de enajenar al único equipo del mundo sobre el que no se pueden gastar bromas. El Real Madrid y su séquito mediático estallaron en una explosión de cólera, lo que encendió la mecha para que Florentino Pérez, bajo cuerda, tuviese "legitimidad" para conseguir que Blatter, en una acción sin precedentes, "ampliase el período de votación" para quién "quisiera cambiar su voto", pudiese hacerlo. Justo en esos días Cristiano con un par de goles clasificó a Portugal para el Mundial en la repesca, logro absolutamente menor que no fue capaz de disimular que el verdadero propósito de esa "ampliación de voto" fue la de comprar votos a ciertas influencias, como los representantes de la selección de Qatar que gozaban del respaldo de Florentino para su Mundial, para asegurar el voto a Cristiano, y cuya confesión posterior no mereció ocupar ningún lugar visible en la prensa deportiva española. El objetivo se había conseguido, daban igual los medios. Cristiano era campeón. Ribèry, estafado, explicó cómo se lo olió desde el principio cuando Cristiano, desaparecido en galas anteriores donde él no era el protagonista, iba acompañado de todo su séquito ese año. "Los abrazos de Blatter con Cristiano  tras ganar el Balón de Oro no los olvidaré nunca", dijo Ribèry. No pasa nada si tampoco pudisteis leer nada de esto en la prensa española. Como ya digo, no era importante. 




Secuencia de acontecimientos que propiciaron el Balón de Oro para Cristiano Ronaldo en 2013

- y en 2014, actualmente, y con todo ya requeteexplicado, no merece la pena ahondar más en el escándalo más que en el linchamiento mediático de la prensa española contra Michel Platini, el cual en un último intento de mantener el poco prestigio que le queda al Balón de Oro, le intentaba dar al Mundial el respeto que se le ha perdido definitivamente este año pidiendo, siempre según su opinión, el premio para un alemán. El Real Madrid, indignado, apeló a la neutralidad de los dirigentes y al espíritu deportivo del premio para acabar diciendo que Cristiano era el mejor y debía ganarlo sí o sí (!). No ha habido mucha sorpresa. 



Lo curioso de todo esto, y ya para acabar porque podría extenderme horas, es que para todo lo que no concerniese al premio al que aspiraba ganar Cristiano, el Mundial sí que tuvo influencia: el mejor XI de la FIFA estaba copado de alemanes y Joaquin Löw ganó el premio al mejor entrenador. Incluso el resto de votaciones iban encaminadas a lo realizado en el mundial, quedando por ejemplo Mascherano en el puesto 19º (de 25) por delante de Ramos (23º), cuando a nivel de clubes Mascherano no ganó nada mientras Ramos fue imprescindible para que el Madrid se alzara con la Champions. ¿Pesó en estos casos lo realizado en el Mundial - fracaso de España y el gran campeonato del jefecito? Por supuesto que sí. Incluso Luis Suárez, ganador de la Bota de Oro, no pudo disfrutar ni siquiera entre un puesto en el top 25 para el Balón de Oro como castigo al mordisco que dio a Chiellini en el Mundial. 

¿Qué más se puede añadir para demostrar el interés que hay detrás de este desprestigiado premio en el que lo ganan Cristiano o Messi en función de la fuerza del aparato mediático que les empuja cada año por delante del resto de jugadores del mundo? Que sean estrellas no les impide tener peores rendimientos un año que otro futbolista, y por supuesto el serlo no les pone por delante del ganador del Mundial.

El tiempo dará la razón a los que claman por la insignificancia que está adquiriendo el premio cuando, dentro de unos años, entre Messi y Cristiano sumen más Balones de Oro que Cruyff, Van Basten, Platini, Beckenbauer y Ronaldo. 

Este artículo no pone en duda todos los Balones de Oro de Messi y Cristiano, pero sí intenta aclarar la diferencia de trato de la prensa española hacia uno y otro. No se puede protestar contra el prestigio de un premio cuando no se lo dan a tu candidato y ponerlo por las nubes cuando sí se lo dan. Y no he usado el verbo inapropiado, ya que desde el año pasado se sabe que el Balón de Oro no se gana, se da.

@CapPescanova