sábado, 13 de diciembre de 2014

"La Liga se nos va"

Getafe 0-0 Barcelona. Partido vulgar del Barça que apenas ha
creado peligro ni ha hecho buen juego.
"La Liga se nos va", eso decía para sí mismo mi padre con el que estaba viendo el Getafe-Barça esta tarde. "Estos tres puntos son importantísimos para poder seguir a la estela del Real Madrid". Claro, que esto es lo que suele decir cada uno de los partidos que ve. Cada uno de esos partidos trampa en los que se le exige al FCB de ganar por diferencia de presupuesto, de equipo, de jugadores y de prestigio, sin cuyos puntos es imposible ganar la competición liguera, y que a priori parecen fáciles pero se acaban complicando casi más por relajación culé que por capacidad del rival. "A tomar por culo la Liga!", masculla mi padre al acabar el  partido. 

Yo discrepo con él pero esas charlas suelen acabar en conflicto debido a la tensión creciente. Acaba el partido y se nos olvida el fútbol por completo, nos tomamos un café con el resto de la familia y bromeamos sobre todas las cosas. Pero durante el partido su afición, y la mía tanto como la suya, nos desconecta del mundo real durante un buen rato. Y hace tiempo, tanto él como yo, que no nos lo pasamos bien viendo los partidos del Barça.

Hace tiempo que discutíamos mucho sobre la principal culpabilidad del mal funcionamiento del equipo: mi padre se centraba en el aspecto deportivo y anímico de los jugadores (que si no corren, que si están desmotivados, ya no tienen hambre para volver a ganar) y yo me centraba en que la culpa era de aquellos que dejaron que todo eso pasase, de aquellos dirigentes, que en lugar de seguir la senda del triunfo dejada por los expertos que sí supieron en su momento dar con la tecla y hacer bien su trabajo durante mucho tiempo para llevar al Barça a lo más alto y dejarlo ahí durante años, prefirieron actuar de manera totalmente contraria dejando que el mejor equipo de la historia acabase cayendo en un pozo de conformismo y autocomplacencia del que ya es imposible salir. 

Al principio ni me dejaba empezar a argumentar, me decía que me dejara de tonterías, que me centrara en el fútbol y me olvidara de la "política", que no influía en absoluto. Pero a fuerza de ver pasar el tiempo sobre el equipo y por qué no, de mi testarudez heredada, ha acabado calando en él la sensación de que sí, de que el equipo ha sido llevado por el mal camino hasta hacer irreconducible la senda de los otrora triunfantes años. Hace tres años, para ser exactos. Tiempo récord.

"Müller es el mejor Messi", "Hercúleos contra el Barça"

Difícil de olvidar, decían. No conocían a Rosell, Bartomeu, Santi Nolla, Perearnau...

Recuerdo que cuando el Bayern Münich de Jupp Heynckess nos avasalló en Champions con un 4-0 y un 0-3 (sin tirar a puerta ni una sola vez en ninguno de los dos partidos) nadie levantó la voz para hablar de autocrítica. Tanto para los conformistas jugadores, que ya no entrenaban "tan duro" como con Guardiola, como para la prensa amiga de la directiva esa desastrosa semifinal de Champions había sido sólo un "accidente aislado". Se acabó ganando la Liga de los 100 puntos y se adornó el "accidente". Se fichó a Neymar y en palabras de Rosell "ya no hace falta fichar nada más" y toda la prensa afín aplaudió. A nadie le dio por pensar que, aunque los accidentes existen, esa abultada derrota mostraba unos síntomas que eran presagio de una época peor, presagio de una época en la que se cantaba por los Beatles y se decía "al loro! que no estamos tan mal!" cuando sí que lo estábamos. "Que me los embaucan y eso no me gusta!", decía el susodicho a su afición. Esas mismas palabras sacadas de contexto las utilizaría yo ahora para describir la situación en la que hemos vivido estos últimos años en el Barça: la directiva nos ha tenido engañados.

Cuando a la siguiente temporada Tito Vilanova desafortunadamente falleció y Rosell trajo al "mejor entrenador para el Barça, ya que conocía el modelo", nos la estaba colando una vez más, pues a él poco le interesaba el modelo. Ni poco le interesaba mantener a Messi contento, como advirtió Guardiola, el más próscrito de los próscritos, que ganó títulos de casualidad en el Barça porque se encontró con muy buenos jugadores, y por el cual el Barça vive en un sinvivir debido a las constantes comparaciones. Así, con esa actitud, Rosell dijo a través de su títere Tata no querer fichar a nadie porque "confiaba en los jugadores" de aquel vestuario al que "admiraba más que entrenaba" y en el que prefería que "Messi no tocara mucho la pelota como táctica ante el rival", para que hace unos meses, ante la crítica del fichaje de Mathieu por haberlo fichado una temporada después el doble de caro, Bartomeu le echase la culpa a él de esa decisión. Tócate los huevos. Lo que querían eran ahorrarse el problema de equivocarse fichando jugadores que pudieran hacer cualquier tipo de sombra a los jugadores que habían dejado encumbrarse por encima de la figura del entrenador y que pudieran crear conflicto pagando ellos el pato. Nada nada, que siguieran los mismos grandes jugadores que lo habían ganado todo. Su planificación era la de no hacer nada. "El fichaje es Puyol". Una oda al trabajo mal hecho. 

Llegados a este punto, no le doy tanta importancia a que Luis Enrique sea un entrenador chulesco y torpe al que le cuesta que su equipo saque partidos adelante contra Málaga, Celta o Getafe. No le doy tanta importancia al inmovilismo táctico de Luis Enrique, que le impide cambiar la dinámica de cualquier partido que se le complique, ni que tenga a Messi maltratado en el centro del campo sin tocar un balón en condiciones más que el que él mismo baje a recibir a medio campo. A mí me fastidia que, llegado al punto donde se perdieron dos finales, las de Copa del Rey ante el Madrid y las de la Liga ante el Atleti, casi no se tirara a puerta ni se fuera a por el partido. Los mismos síntomas que se vivieron hace dos años, repercutiendo el año pasado en forma de enfermedad que nos hicieron quedarnos un año en blanco. Ante eso, el discurso oportunista de la directiva de "hay que empezar desde cero" cuando son ellos mismos los que nos han hundido, me llena bastante de rabia. 

Y claro esa rabia se agrava cuando, después de años sin querer mejorar la plantilla, ves el fracaso de la "revolución" que se ha llevado a cabo. Una revolución que ha llevado a que se sustituya jugador por jugador (Rakitic por Cesc, Suárez por Alexis, Puyol por Vermaelen(!), Douglas por Montoya(!!)...), donde el jugador referencia vuelve a ser un Xavi que hasta un mes antes de empezar la Liga se iba a retirar en vista de su nefasto rendimiento el año pasado debido sin duda a los malos entrenamientos que se llevaban a cabo y los jugadores consentían, donde Pedro Alves Piqué e Iniesta, jugadores que decidieron hace tiempo dejar de dar lo mejor de sí mismos para a través de la autocomplacencia ser una sombra de lo que fueron sigan siendo piezas titulares, y que los recambios sean o canteranos recién salidos del horno o canteranos conformistas con chupar grada todo el año. Con la guinda de Douglas como único fichaje tras conocer que el Barça se tiraría dos ciclos de fichajes sin poder contratar a nadie. Una gran planificación, sin duda.

Por eso, cada vez que mi padre dice instintivamente: "la Liga se nos va", yo no tengo más réplica que contestarle: "la perdimos hace tiempo, papá".


BONUS TRACK:


Lo peor es toda esa parte de la afición ENGAÑADA por esta influenciable prensa que piensa de verdad que lo que hace que el Barça no gane no es lo mal que lo han hecho y siguen haciendo sus dirigentes, sino aquellos aficionados que "no paran de criticar sin sentido". Curiosamente, estos aficionados criticones no existían durante la etapa de Guardiola, donde todo se hizo bien y no había nada que objetar, ya que todos estábamos contentísimos. Pero parece que criticar a tu equipo de manera productiva para que las cosas en tu opinión se hagan mejor es "no ser del Barça". Así empezó Rosell un par de años después de llegar al poder y así han calado los medios en la culerada: criticar al Barça es no ser del Barça. Los que criticaban al Barça por "cualquier cosa" eran los que hacían que la confianza del equipo se derrumbara. Y vaya que sí, pasado todo este tiempo he llegado a la conclusión de que verdaderamente los nocivos para el equipo son ellos, que han justificado cualquier mala acción de esta junta hasta permitirles llegar hasta donde estamos ahora...

@CapPescanova